Practicar el mindfulness en invierno es una oportunidad fantástica para sumergirnos en la calma y la serenidad que nos ofrece esta temporada.
Pero, ¿qué es exactamente el mindfulness? En esencia, el mindfulness es la capacidad de estar en el presente con atención plena, sin juzgar ni identificarse con los pensamientos o sensaciones que surgen.
Durante el invierno, cuando la naturaleza se sumerge en reposo y todo parece estar más en calma, podemos aprovechar para incorporar prácticas de mindfulness en nuestras rutinas diarias. Es una forma maravillosa de sintonizar con la quietud de la naturaleza y de encontrar paz interior en los días fríos.
A través de los rituales de mindfulness que te propongo a continuación, encontrarás una oportunidad para conectar contigo mismo/a, practicar el autocuidado, gestionar el estrés y mantener un estado emocional equilibrado durante el invierno.
Rituales de mindfulness en invierno
Crear un espacio de calma en casa
El invierno con sus días fríos y oscuros nos invita a refugiarnos en la comodidad del hogar. Por ello, te propongo crear tu propio rinconcito de calma y tranquilidad.
Escoge un espacio que te guste, puede ser cerca de una ventana para que entre luz natural u otra zona que te transmita confort.
Decora este espacio con elementos que te conecten con el invierno. Velas aromáticas, almohadas mullidas, mantas suaves, colores neutros que evoquen la tranquilidad invernal y luces cálidas. También puedes incluir elementos naturales como ramas de pino, piñas o pinturas con paisajes de invierno.
Una vez creado este rinconcito acogedor, dedica tiempo cada día para sentarte allí y realizar alguna práctica de mindfulness. Pueden ser unos minutos de relajación, respiración consciente, lectura de algún libro o simplemente descansar y recargar energías después de un día ajetreado.
Lo más importante es que este espacio lo sientas como un refugio donde relajarte, escapar del bullicio diario y encontrar momentos de paz interior.
Cocinar y comer con atención plena
En este punto vamos a introducir los términos “slow food” y “mindful eating”, ambos nos invitan a estar presentes y conscientes durante el momento de comer, permitiéndonos disfrutar de cada bocado y conectando con la experiencia de alimentarnos de una manera más significativa.
Podemos comenzar el ejercicio de atención plena desde el momento en el que vamos al mercado a comprar nuestros alimentos. Siempre será preferible elegir productos de temporada y cercanía. Frutas y verduras coloridas, carne y pescado de calidad, legumbres, frutos secos, especias… Todo lo necesario para preparar platos deliciosos y calentitos para este invierno. Elige aquellos alimentos que te resulten más apetecibles y disfruta del momento de hacer la compra.
Al llegar a casa, dedica tiempo a cocinar con tranquilidad y mucho amor. Involúcrate plenamente en cada paso del proceso culinario.
Si te gusta cuidar la estética, puedes experimentar con nuevas formas de emplatar.
En el momento de comer, asegúrate de eliminar cualquier distracción (televisión, móvil, bucles mentales…), enfócate en la comida y su disfrute. Mastica lentamente saboreando cada bocado, observa los colores de los alimentos, siente sus texturas, su olor… Permite que la experiencia sea plena.
Presta atención a las sensaciones de hambre y saciedad, permitiéndote reconocer cuándo estás satisfecho/a en lugar de comer por inercia.
Por último, puedes dedicar un momento para agradecer tu comida y la experiencia que acabas de disfrutar.
Puede que no todos los días tengas el tiempo suficiente para estar plenamente consciente en el acto de cocinar y comer, aunque sería lo ideal… Pero el trabajo y otras obligaciones, muchas veces nos roban ese tiempo para disfrutar de la comida. Así que puedes elegir algunos momentos de la semana para hacer un desayuno, comida o cena especial donde disfrutes con los 5 sentidos del proceso. ¿Te animas?
Paseo consciente por la naturaleza
El invierno transforma los paisajes ofreciendo una paleta de colores y sensaciones únicas. Realizar un paseo consciente por la naturaleza durante esta temporada, nos conecta con el entorno invernal y esa sensación de paz y quietud que lo envuelve todo.
Te propongo realizar este ejercicio de mindfulness en cada estación del año, puedes acudir siempre al mismo espacio natural y observar cómo se va transformando mes a mes. ¡Hay tanta belleza en la naturaleza!
Enfócate siempre en tus sentidos. Durante el invierno observa los árboles desnudos, escucha el crujir de la nieve bajo tus pies y siente el frescor del aire invernal en tu rostro. A medida que avanzas, lleva la atención a tu respiración. Inhala profundamente y exhala lentamente, sincronizando tus pasos con la respiración para encontrar un ritmo tranquilo.
Toma momentos para detenerte y observar atentamente el entorno. Contempla los detalles, como los copos de nieve sobre las ramas o la luz del sol filtrándose entre los árboles, permite que la belleza invernal te abrace.
Agradece a la naturaleza por este momento de calma y serenidad
Estar en contacto con la naturaleza ofrece cantidad de beneficios a nivel físico, mental y espiritual. Nos conecta con nosotros mismos/as y con el entorno que nos rodea.
Conectar con la naturaleza: beneficios y prácticas.
Ritual del té
Otro ejercicio fantástico de mindfulness en invierno es realizar tu ritual del té. ¡A mí es algo que me encanta! Disfruto un montón de este momento.
Comienza por escoger una taza bonita (eso es muy importante ) y el té o infusión que te apetezca tomar. Pueden ser en hierbas a granel o en bolsita. En invierno te recomiendo las especias cálidas como la canela, el jengibre o una infusión herbal que te evoque serenidad.
Hay personas a las que no les gusta las infusiones ni el té, si es tu caso, puedes hacer lo mismo con otra bebida calentita de tu elección.
Calienta el agua y viértela sobre las hojas de té. Mientras reposa, sumérgete en los sentidos, observa cómo se infusiona y el agua va cambiando de color, inhala los aromas que se desprenden y siente el vapor reconfortante que emana la taza.
Una vez listo, siéntate en un lugar tranquilo, toma la taza entre tus manos y siente su calor, permite que el aroma te envuelva antes de dar el primer sorbo.
Degusta lentamente tu infusión, disfruta de la calidez reconfortante de cada sorbo, concéntrate en esta experiencia sensorial, sal de la mente, no dejes que los pensamientos te lleven lejos… Disfruta del momento, aquí y ahora.
Aprovecha para llevar la sensación de calma y serenidad que te ha proporcionado este ritual durante el resto de la jornada.
Rutina de noche relajante
El final del día es un momento perfecto para establecer una rutina que fomente la calma y prepare al cuerpo y la mente para un sueño reparador. Este ritual de mindfulness en invierno, puede inducir la relajación y facilitar un descanso tranquilo después de un día ajetreado.
A continuación, te propongo algunas ideas para una rutina de noche calmada, pero lo importante es que incorpores aquellas que funcionen bien para ti. La situación de cada persona es distinta, no es lo mismo tener niños pequeños en casa que vivir solo/a. Por eso, estas ideas son simplemente una inspiración para que elabores tu propia rutina relajante de noche.
Sería ideal que al menos una o dos horas antes de irte a dormir desconectes de los dispositivos electrónicos. Está demostrado que la luz azul de las pantallas afecta al ciclo de sueño.
Enciende luces suaves y cálidas, pueden ser velas, para crear un ambiente acogedor. Esta iluminación tenue reduce gradualmente el impacto de la luz, enviando una señal a nuestra mente para disminuir el ritmo y prepararnos para el descanso.
Toma un baño o ducha relajante. Convierte este momento en una experiencia sensorial al utilizar sales de baño o aceites esenciales, el de lavanda va genial. Permite que el agua caliente relaje tu cuerpo y tu mente.
Puedes realizar una breve sesión de yoga o estiramientos suaves. Conecta con la respiración y siente cómo los movimientos calman tu sistema nervioso liberando las tensiones acumuladas durante el día.
Lee algo relajante y reconfortante. Elige un libro que te guste y te sumerja en un estado de tranquilidad.
También puedes dedicar un ratito a la reflexión o escribir un diario de gratitud. Recuerda los momentos positivos y alegres que has vivido durante el día o enumera cosas por las que te sientes agradecido/a.
Antes de acostarte, puedes realizar una pequeña meditación y respiración consciente. Estas prácticas permiten que la mente se tranquilice y se prepare para el descanso.
¿Qué otros hábitos incluirías en una rutina de noche relajante? ¡Déjame un comentario al final del post!
Beneficios del mindfulness en invierno
Reducción del estrés y la ansiedad: Durante el invierno, las presiones del día a día pueden verse amplificadas por las condiciones climáticas y la falta de luz solar. El mindfulness ofrece herramientas para gestionar el estrés y la ansiedad al fomentar la atención plena en el presente, permitiendo que la mente se calme.
Mejora del bienestar emocional: La conexión con el presente y la observación consciente de las emociones, pueden mejorar el bienestar emocional durante el invierno. El mindfulness desarrolla la capacidad de reconocer y aceptar las emociones sin juzgarlas, lo que puede ayudar a manejar los altibajos que a menudo se experimentan en esta temporada.
Mayor conciencia del entorno y la naturaleza: El invierno ofrece una oportunidad única para conectar con la naturaleza. Practicar el mindfulness durante esta temporada, permite una mayor conciencia y aprecio por los cambios naturales, generando así una sensación de conexión con el entorno.
Promoción del autocuidado: Durante el invierno el cuidado personal se vuelve algo esencial. Al cultivar la atención plena, desarrollamos una mayor sensibilidad hacia las señales sutiles que nos indican fatiga, estrés o cansancio, de esta manera, podemos responder proporcionando los rituales de autocuidado necesarios para recuperar la energía y la vitalidad durante la temporada invernal.
Fomento de la calma y la serenidad interior: La práctica regular del mindfulness conduce a un estado de calma interior. Al centrarse en el momento presente y encontrar la belleza en la quietud invernal, se nutre una sensación de paz y serenidad contrarrestando el ritmo agitado del día a día.
Estímulo de la creatividad y la reflexión profunda: Durante el invierno, la quietud y el reposo pueden actuar como catalizadores para la creatividad y la reflexión profunda. El mindfulness en esta temporada permite momentos de introspección donde la mente se despeja dando lugar a la germinación de nuevas ideas.
Mejora del sueño y el descanso: En esta temporada, cuando las noches son más largas, la práctica de mindfulness puede ayudar a reducir la rumiación mental y la ansiedad antes de acostarse, promoviendo así un descanso más profundo y reparador. Muy importante para mantener la energía y la vitalidad durante los días de invierno.
Mayor apreciación de los pequeños placeres invernales: El mindfulness en invierno puede fomentar una mayor atención y aprecio por los pequeños placeres que esta temporada ofrece. Por ejemplo, una taza caliente de té, el crujir de la nieve bajo los pies o la belleza de un atardecer. Esto puede generar momentos de gratitud y alegría en medio de la estación más fría del año.
Conectar con la energía del invierno
También es fundamental entender la energía del invierno para poder conectar con ella y vivir con más equilibrio y armonía. Para ello te recomiendo mi “Guía para vivir en armonía con las estaciones” un manual fantástico de autocuidado que puedes consultar durante todo el año.
En ella encontrarás un montón de ideas: alimentación de temporada, autocuidado, infusiones y hierbas, meditaciones, medicina tradicional china, cuidados del hogar y actividades para cada una de las estaciones.
También incluye información sobre los beneficios a nivel físico, mental, emocional y espiritual de vivir en armonía con los ciclos de la naturaleza, cómo crear un ritual y altar de bienvenida a las estaciones y te muestro cómo volver a sincronizar nuestros ritmos biológicos internos con los ciclos naturales para recuperar la salud, la energía y el bienestar que estamos perdiendo al vivir en una sociedad cada vez más frenética y desconectada de la naturaleza.
¿Te animas a emprender este viaje maravilloso de conexión con la naturaleza y contigo mismo/a?
Estos son solo algunos de los rituales de mindfulness en invierno que puedes incorporar en tu día a día, pero hay muchos más. Explora qué es aquello que te hace estar en calma y en el momento presente, puede que sea practicar un hobby como tocar un instrumento, pintar, moldear… o puede que tu momento mindfulness sea mientras te duchas. Lo importante es que detectes aquello que te hace estar en presencia, para cada persona puede ser una cosa distinta.
Mindfulness: 10 consejos para sentirse bien.
Todos los artículos de invierno aquí.
Deja una respuesta